Los misteriosos accidentes de “El mago de Oz”
La producción de El mago de Oz (1939), protagonizada por Judy Garland, fue marcada por una serie de incidentes y desafíos que alimentaron rumores de una posible maldición. A pesar de su éxito como clásico cinematográfico, el rodaje estuvo lleno de accidentes que afectaron a varios miembros del elenco, desde quemaduras graves hasta problemas de salud por el uso de productos peligrosos. Estos eventos, combinados con historias de supuestas maldiciones, crearon un aura de misterio que rodeó la filmación.
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Uno de los incidentes más graves fue el que sufrió Margaret Hamilton, quien interpretaba a la Malvada Bruja del Oeste. Durante una escena en la que su personaje desaparecía en una nube de humo, una explosión provocada por un error técnico le causó quemaduras de segundo y tercer grado, lo que la obligó a ausentarse del set por seis semanas. Posteriormente, su doble también resultó herida en una secuencia peligrosa que implicaba efectos con fuego. Además, Buddy Ebsen, quien inicialmente iba a interpretar al Hombre de Hojalata, tuvo que abandonar el proyecto debido a una severa reacción alérgica al maquillaje de aluminio, lo que lo llevó a ser reemplazado por Jack Haley.
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Rumores sobre los actores que interpretaron a los Munchkins y sobre un supuesto suicidio en el set también se han tejido alrededor de la película, aunque muchos de estos relatos han sido desmentidos. El historiador de cine John Fricke asegura que, a pesar de los accidentes reales y las especulaciones, la mayoría de estos incidentes fueron producto de las limitaciones tecnológicas de la época y no de una maldición. A pesar de los riesgos, El mago de Oz sigue siendo un referente cinematográfico, y su legado perdura, en parte, por las innovaciones técnicas que marcaron su producción.