La actriz británica Maggie Smith falleció el 27 de septiembre de 2024 a los 89 años, dejando un legado imborrable en el mundo del cine y la televisión. Su papel como Minerva McGonagall en la saga de Harry Potter consolidó su fama, pero detrás de las cámaras, enfrentó un desafío personal: una dura batalla contra el cáncer de mama. Este diagnóstico llegó en 2008, durante el rodaje de la sexta película de la franquicia, cuando Smith tenía 74 años. Pese a los devastadores efectos de la quimioterapia, continuó trabajando con una fortaleza admirable.

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Smith describió su lucha como un proceso aterrador, marcado por la incertidumbre. La quimioterapia la dejó sin cabello y profundamente debilitada, pero nunca consideró abandonar su compromiso con Harry Potter. “Me arrastraría si fuera necesario”, declaró, evidenciando su inquebrantable profesionalismo. A pesar del agotamiento físico y emocional, la actriz se mantuvo firme, usando pelucas en el set mientras lidiaba con los duros efectos del tratamiento.

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Tras dos años de lucha, Maggie Smith logró recuperarse del cáncer y continuó su carrera con éxito. Su valentía y espíritu indomable inspiraron a muchos, tanto dentro como fuera de la pantalla. Hoy, más allá de su icónica carrera, su historia de superación es un recordatorio del poder de la pasión y la resiliencia.