Después de 20 años de ausencia, Nicole Kidman volvió a deslumbrar en la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia. La actriz australiana, conocida por su versatilidad y elegancia, asistió al estreno de su nueva película, Babygirl, donde comparte pantalla con Antonio Banderas y Harris Dickinson. La última vez que Kidman había pisado la alfombra roja veneciana fue en 2004 para el estreno de Birth. Esta vez, su regreso marcó un momento especial para sus seguidores y la crítica.

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Kidman, protagonista de películas icónicas como Moulin Rouge (2001), capturó todas las miradas al llegar al Palacio del Cine del Lido con un vestido encorsetado en color beige, decorado con flecos y un escote de inspiración vegetal. Su atuendo, combinado con una larga falda negra, resaltó su estilo clásico y sofisticado, que la ha caracterizado a lo largo de su carrera. El regreso de Kidman al festival veneciano no solo simboliza su continua relevancia en la industria cinematográfica, sino también su capacidad de reinventarse y seguir cautivando a las audiencias.

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Babygirl, dirigida por la neerlandesa Halina Raijn, es un thriller erótico que compite por el prestigioso León de Oro en la 81ª edición del festival. La película, que explora temas de feminidad, poder y control, ha generado gran expectativa, especialmente por la interpretación de Kidman en un rol complejo y desafiante. Además de Kidman, los coprotagonistas Antonio Banderas y Harris Dickinson también hicieron su aparición en la alfombra roja, siendo recibidos con entusiasmo por los fans que se congregaron para ver a sus estrellas favoritas en uno de los eventos cinematográficos más importantes del mundo.