Erik Menéndez, condenado junto a su hermano Lyle por el asesinato de sus padres en 1989, recibió un nuevo revés judicial luego de que una comisión del Departamento de Servicios de Correcciones y Rehabilitación de California le negara la libertad condicional durante un período de tres años. El caso, uno de los más mediáticos en la historia de Estados Unidos, continúa generando debate más de tres décadas después del crimen.

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La decisión fue un duro golpe para el movimiento que busca su liberación, el cual cuenta con el respaldo de familiares, amigos y celebridades como Kim Kardashian. Dicho apoyo se fortaleció tras el éxito de una serie y un documental lanzados en Netflix, que reavivaron el interés público en torno al parricidio cometido por los hermanos Menéndez. Este viernes, la misma comisión deberá analizar la petición de Lyle, de 57 años, quien enfrenta la misma condena.

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Los Menéndez cumplen prisión perpetua sin derecho a libertad condicional por asesinar a sus padres, José y Kitty Menéndez, a quienes atacaron con armas de fuego mientras veían televisión. En el juicio, la defensa argumentó que los jóvenes actuaron tras años de abusos psicológicos y sexuales, aunque la Fiscalía sostuvo que el motivo real fue la herencia millonaria que recibirían. Finalmente, un segundo jurado los declaró culpables, sellando una sentencia que los mantiene en prisión hasta hoy.