Origen secreto de los Stormtroopers de “Star Wars”
Cuando Star Wars debutó en 1977, pocos imaginaron que aquella película de ciencia ficción, inicialmente percibida como un proyecto modesto, evolucionaría en un fenómeno cultural de alcance mundial. George Lucas no solo presentó una historia de fantasía moderna, sino también una identidad visual inconfundible, donde cada nave, personaje y uniforme transmitía autenticidad. Dentro de este mundo, los Stormtroopers destacaron como figuras icónicas, nacidas de una colaboración única entre el artista conceptual Ralph McQuarrie, el fabricante Andrew Ainsworth y el diseñador de vestuario John Mollo.
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A diferencia de su imagen pulida, los orígenes de los Stormtroopers fueron sorprendentemente prácticos. McQuarrie los concibió inicialmente como soldados equipados con sables de luz, pero trasladar esos bocetos al cine recayó en las habilidades técnicas de Ainsworth, quien utilizó materiales de la industria automotriz para crear los primeros cascos y armaduras. John Mollo, con poca familiaridad en ciencia ficción, complementó el diseño aportando una estética inspirada en referencias históricas y militares. Esta combinación de creatividad y recursos limitados cimentó el look funcional que definiría al universo de Star Wars.
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La construcción del villano Darth Vader siguió un enfoque similar. Con un presupuesto reducido, Mollo improvisó combinando piezas como un traje de motociclista, un casco militar nazi, una máscara antigás y una armadura medieval. Esta estrategia de “soluciones prácticas” se convirtió en la firma visual de la saga, alejándose de los mundos estériles típicos de la ciencia ficción de su época. Hoy, esa estética realista sigue presente en nuevas producciones como Andor, reafirmando que la autenticidad visual fue, y sigue siendo, un pilar fundamental de la franquicia.