Paul McCartney confiesa su depresión tras la separación de The Beatles
El legendario músico Paul McCartney ha revelado uno de los capítulos más oscuros de su vida al confesar que la ruptura de The Beatles lo llevó a una profunda depresión y a un aislamiento total. En sus nuevas memorias, el exintegrante del cuarteto de Liverpool admite que el fin de la banda fue tan devastador que llegó a sentirse “muerto en tantos sentidos”. McCartney relató que tras la separación oficial en 1970, cayó en la bebida y enfrentó un vacío existencial que lo dejó sin rumbo.
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El artista describió este periodo como un “naufragio emocional”, marcado por pleitos legales y diferencias creativas con sus compañeros John Lennon, George Harrison y Ringo Starr. La tensión creció cuando McCartney decidió demandarlos para disolver legalmente la sociedad, un acto que consideró necesario para proteger la música del grupo ante el control del mánager Allen Klein, en quien no confiaba. Esa decisión, aunque lo aisló del resto, le permitió cerrar un ciclo y tomar el control de su propio destino artístico.
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Para sanar, McCartney se refugió junto a su esposa Linda en una granja de ovejas en Escocia, donde se dedicó a las labores del campo y al autoconocimiento. En ese retiro encontró la inspiración para su álbum Ram (1971), reflejo directo de su dolor y frustración, y más tarde para fundar su nueva banda, Wings, con la que logró recuperar su libertad creativa. El músico asegura que ese periodo de aislamiento fue crucial para “volver a sentirse vivo y liderar su vida por primera vez en años”. Su nuevo libro, Wings: The Story of a Band on the Run, disponible desde el 4 de noviembre, profundiza en esta etapa decisiva de su vida.
