En un encuentro con la prensa, Robbie Williams compartió sus emociones antes del estreno de su biopic A Better Man. A pesar del éxito y la fama, el cantante admite que sigue sintiendo miedo, duda y vergüenza. La película, dirigida por Michael Gracey, explora su vida de una forma inusual: su personaje es representado por un mono creado con CGI, con la actuación y voz de Jonno Davies. Williams reconoce que su historia ha sido caótica y que esta producción refleja fielmente su camino.

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El artista habló abiertamente sobre sus batallas personales, incluyendo pensamientos suicidas y el impacto que su pasado tuvo en su vida actual. Destacó la importancia de haber buscado ayuda profesional y cómo hoy su mayor objetivo es brindar estabilidad a su familia. “Mi prioridad es evitar el caos en la vida de mis hijos y darles lo que yo no tuve”, afirmó. Además, recordó la reacción de Gary Barlow, su excompañero en Take That, cuando leyó el guion: “Me dijo que lo había pintado peor que Darth Vader“.

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Aunque no busca dejar un mensaje con la película, Williams reconoce que aprendió mucho durante el proceso. “Después de intentar suicidarme, entendí que la mejor oportunidad de ser un humano es estar vivo“, confesó. Hoy, su vida ha cambiado y se siente agradecido por su familia, aunque admite que sigue lidiando con sus propios demonios. “Soy un mejor hombre, pero sigo siendo un poco loco“, concluyó con honestidad.