Sarah Jessica Parker, ícono de la televisión y referente de moda por su papel como Carrie Bradshaw en Sex and the City, reveló en una entrevista para el pódcast Call Her Daddy aspectos desconocidos de su vida antes de alcanzar la fama. La actriz habló con sinceridad sobre los desafíos de sus inicios en Nueva York, una ciudad que hoy considera parte esencial de su identidad. Recordó que durante sus primeros años, debía subsistir con apenas 40 dólares por varios días, sin saber cuándo tendría un nuevo trabajo como actriz.

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Más allá del glamour y la pantalla, Parker compartió su cotidianidad lejos de los reflectores: toma el metro, camina por las calles y conversa con desconocidos. Según la intérprete, ese contacto directo con las personas es lo que le permite mantener los pies en la tierra. Aunque se ha convertido en una figura de la moda, asegura que su estilo real es sencillo y práctico, muy distinto al de su personaje.

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Durante la entrevista, también rememoró su infancia en una familia numerosa y con escasos recursos, lo que marcó su visión sobre el consumo responsable. Destacó cómo su madre le enseñó a valorar la ropa de calidad, una enseñanza que ahora transmite a sus hijas. “Crecí sabiendo que las cosas bien hechas eran valiosas”, comentó. Finalmente, Parker dejó claro que su éxito no se construyó de la noche a la mañana, sino a través de la constancia, el rechazo y la resiliencia.