Scarlett Johansson ha logrado lo que pocas estrellas de Hollywood han conseguido: convertirse en la actriz más taquillera de todos los tiempos. Su ascenso meteórico combina talento, carisma y visión estratégica, consolidándose como un ícono global del cine. Con apenas 36 películas estrenadas, ha superado la impresionante cifra de 14.8 mil millones de dólares en recaudación mundial, impulsada principalmente por el reciente éxito de Jurassic World: Rebirth.

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El filme marcó un antes y un después en su carrera, al recaudar 318 millones de dólares en su primer fin de semana y posicionarla por encima de leyendas como Samuel L. Jackson y Robert Downey Jr.. Scarlett encarnó a Zora Bennett en esta nueva entrega de la saga, y su desempeño revitalizó por completo la franquicia. Cabe destacar que gran parte de su éxito también se debe a su participación como Black Widow en el Universo Marvel, donde protagonizó títulos que rompieron récords históricos como Avengers: Endgame y Infinity War.

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El camino de Johansson al estrellato no se construyó de la noche a la mañana. Desde temprana edad mostró una madurez actoral notable, con películas como The Horse Whisperer o Ghost World. No obstante, su papel en Lost in Translation (2003), a los 19 años, fue un punto de inflexión. Luego, alternó con soltura entre el cine independiente y las grandes producciones, sumando nominaciones al Oscar y al BAFTA, y ganando respeto dentro y fuera de la industria.

Más allá de la pantalla, Scarlett ha defendido su vida privada con firmeza. Tras relaciones muy mediáticas, como la que mantuvo con Ryan Reynolds, encontró estabilidad con el comediante Colin Jost, con quien tiene dos hijos. Johansson ha sido tajante en cuanto a proteger la intimidad de su familia, convencida de que la fama no debe comprometer la infancia de sus hijos. En cada decisión, tanto profesional como personal, ha demostrado una coherencia y control que explican por qué hoy domina la cima del cine mundial.