El bikini dorado que Carrie Fisher usó en “El Retorno del Jedi” fue subastado por $175,000 USD en Heritage Auctions, Dallas. Esta pieza icónica apareció en la tercera película de la trilogía original de Star Wars, donde la princesa Leia es capturada por Jabba el Hutt y obligada a usar el provocativo atuendo. Diseñado por Aggie Rodgers y Nilo Rodis-Jamero, el traje se basó en las ilustraciones de Frank Frazetta y fue construido con material gelatinoso sobre una base de alambre flexible para permitir movilidad en las escenas de acción.

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El traje, aunque memorable, fue incómodo para Fisher. La actriz explicó en una entrevista en 2016 que no fue su elección y que inicialmente pensó que era una broma. Durante las largas horas de rodaje, debía mantener una postura recta para evitar pliegues en el traje, lo que incrementaba su cansancio. Richard Miller, escultor jefe de Industrial Light & Magic, intentó hacer el traje más cómodo al añadir cuero en la espalda, pero la rigidez del atuendo seguía siendo un problema.

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A pesar de las críticas por sexualizar al personaje, Fisher se sintió reivindicada por la escena en la que su personaje usa la cadena del bikini para matar a Jabba el Hutt. “Lo que lo redime es que llego a matarlo, lo cual fue muy satisfactorio”, comentó en una entrevista. Fisher también aconsejó a su co-estrella Daisy Ridley que luchara por su vestuario y no se convirtiera en una esclava del mismo. Esta subasta demuestra una vez más el poder perdurable de Star Wars y su impacto en la cultura popular.