Zoe Saldaña, reconocida por su participación en icónicas franquicias como Avatar y Avengers, ha revelado recientemente algunos de los desafíos menos visibles que han marcado su carrera en Hollywood. A sus 40 años, la actriz reflexionó sobre su agotamiento emocional y las barreras que le ha impuesto su dislexia y ansiedad, condiciones que la llevaron a rechazar múltiples papeles. “Me impidió ir tras muchos papeles que podría haber realizado”, confesó. La fama le permitió alcanzar el éxito en superproducciones, pero al mismo tiempo la aisló en lo que describe como una “cápsula dorada”, limitada en su crecimiento artístico.

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A pesar de tener una carrera destacada, Saldaña siente que esta se ha visto afectada por la percepción de su “confianza excesiva”. En sus palabras, esa fachada era una forma de protegerse de su inseguridad y el sentimiento de impostora que, según compartió, la abrumaba constantemente. La actriz admitió que su dificultad para manejar extensos diálogos la llevó a rechazar inicialmente el papel en Special Ops: Lioness, diseñado especialmente para ella. Sin embargo, aceptó el desafío y desarrolló un proceso de preparación meticuloso, repasando cada línea con la ayuda de un lector para poder memorizar y representar su personaje de manera fluida.

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A lo largo de su trayectoria, Saldaña ha contado con el respaldo de colegas, como el director James Cameron, quien destacó su versatilidad y fuerza emocional al interpretar a Neytiri en Avatar. Este apoyo ha sido fundamental en su búsqueda de reconocimiento más allá de los éxitos de taquilla. En su reciente trabajo en Emilia Pérez, que fue premiado en Cannes, Zoe está más cerca de lograr su anhelado reconocimiento crítico. Mientras continúa con sus compromisos en el cine y su participación en causas sociales, Saldaña sigue enfrentando los desafíos personales y profesionales que moldean su camino en Hollywood.