La melisa es una planta medicinal muy valorada por sus propiedades, que sirven desde soluciones a pequeños problemas del ser humano hasta ingrediente de la pasta dentífrica o usos en perfumería. Sin embargo, su cultivo es muy sencillo y podemos disfrutar de ella en nuestro propio jardín o terraza.
Características de la melisa
La melisa, también conocida como toronjil, citronela, hoja de limón o hierba de limón, es una herbácea perenne procedente del sur de Europa. Suele alcanzar una altura de 80 cm y tiene hojas de color verde claro con bordes dentados. Sus flores son blancas o rosadas y florecen en verano.
Cómo sembrar melisa
La melisa se puede sembrar a partir de semillas o esquejes. Si optas por semillas, debes sembrarlas en primavera o verano en un lugar con semisombra y buen drenaje. Las semillas tardarán unas 6 semanas en germinar.
Si prefieres sembrar esquejes, debes cortar un tallo de la planta madre de unos 10 cm de largo. Coloca el tallo en un vaso con agua y espera a que enraíce. Una vez que el tallo haya enraizado, puedes trasplantarlo a una maceta o al jardín.
Cuidados de la melisa
La melisa es una planta muy resistente que no requiere muchos cuidados. Sin embargo, es importante regarla regularmente, especialmente en los meses de verano. También es recomendable abonarla cada dos semanas con un fertilizante orgánico.
La melisa es una planta muy versátil que se puede utilizar de diferentes maneras. Las hojas frescas se pueden utilizar para preparar infusiones, tés, ensaladas o postres. También se pueden usar para elaborar jabones, perfumes o productos cosméticos.
Consejos para el cultivo de la melisa
• Siembra la melisa en un lugar con semisombra para que no se queme con el sol directo.
• Riega la melisa regularmente, especialmente en los meses de verano.
• Abonádala cada dos semanas con un fertilizante orgánico.
• Recolecta las hojas frescas cuando las necesites.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de la melisa en tu propio jardín o terraza.