La capital británica se convirtió, una vez más, en el epicentro para mostrar la moda internacional, esto con motivo del último show de Gucci ubicado en uno de los puntos más históricos de la ciudad de Londres.
El Tate Modern, así es como se le conoce al Museo Nacional Británico de Arte Moderno, el cual lleva más de 135 años conectando a las personas con las diferentes culturas en un escenario diverso y único para el intercambio, yuxtaposiciones inesperadas y encuentros imprevistos.
Sabato de Sarno, el nuevo director creativo de la casa de moda Gucci, mostro su talento y se apodero del lugar para mostrar su primera Colección Crucero, una nueva historia contada desde su visión única, sus recuerdos y memorias de lugares, personas e ideas londinenses que se entremezclan con los códigos más tradicionales de la Casa.
En la pasarela se vieron pantalones cortos, minifaldas, chaquetas modernas y vestidos fluidos y sexys, elegantes jeans con flecos, así como llamativos estampados florales en blanco y negro. Hubo odas descaradas al estilo clásico británico, como tartán y cuadros y zapatos creeper punk, así como nuevas versiones del bolso Gucci Blondie de la década de 1970 y blusas transparentes con lazo para darle un toque adicional de nostalgia.
