El arte de cultivar un bonsái, es una disciplina milenaria, la cual combina elementos de jardinería y las diciplinas del arte: la pintura y la escultura. Consiste en cultivar árboles y arbustos en macetas, y así ir controlando sus dimensiones por medio de técnicas como: el trasplante, la poda, el alambrado o el pinzado.
Esta diciplina tiene muchos beneficios para la salud de quien la llega a practicar. Es una técnica cuyos orígenes los encontramos en la China de hace ya dos milenios, aunque su desarrollo como arte lo obtuvo siglos después en Japón. La palabra bonsái etimológicamente significa “planta en un cuenco”.
Sus principales beneficios son:
a. Relaja y reduce el estrés.
Esta técnica permite desconectarse del día a día que en ocasiones nos llena de estrés y ansiedad, pues implica poner atención y concentración en realizar el proceso. Puede mejorar el sistema circulatorio, el estado de ánimo y el bienestar general.
b. Placer estético.
Con las técnicas de las disciplinas de la pintura y la escultura, hacen de esta una verdadera obra de arte que permite proporcionar un placer estético, tanto como cuando se trabaja en ellos, como cuando ya forma parte de la decoración del hogar.
c. Te conecta con la naturaleza.
Como cualquier otra planta, el tenerla en casa te permite relacionarte con la naturaleza desde tu propio hogar.
d. Mejora la calidad del aire.
Te ayuda a eliminar toxinas liberadas por sustancias de uso doméstico, como lo son: los desinfectantes, insecticidas, ambientadores y pinturas.
e. Estimula la percepción, la paciencia y la creatividad.
La capacidad de percibirlos, así como la paciencia, se ejercitan con la práctica del bonsái, ya que los tiempos del humano para crecer no son los mismo para estas plantas. La creatividad la desarrollas durante el proceso de planificar la forma que deberá tener al final.
f. Eleva la autoestima.
El permitirte dominar ciertas técnicas y el aprendizaje de un arte como este, seguro obtendrás una satisfacción personal y el aumento de la confianza en uno mismo.
