Como se mencionó en el artículo pasado, la Stapelia variegata es una planta de fácil de cuidados, se adaptada perfectamente bien a los climas cálidos y secos, donde exista poca pluviosidad. De ahí que la naturaleza la haya dotado de hojas carnosas, pues en ella almacena gran cantidad de agua para soportar las sequías.

Su característica principal es la Flor, su textura inusual bien nos hace recordar a la piel del lagarto. En tanto que sus tallos pueden ser algo espinosos y crecen en forma de garras.



I. Abonado

Si vas hacer uso de proporcionarle abono, procura que sea en los meses de primavera-verano y que sean abonos específicos para cactus y otras suculentas siguiendo siempre las indicaciones del empaque, o si lo prefieres algo más natural, usa el guano.

II. Multiplicación

Las opciones son igual que cualquiera otra planta, es decir, por semillas o por esquejes de tallo en los meses cálidos de primavera.

III. Plagas y enfermedades

Debes tener cuidado con los caracoles y babosas, pero también debes de evitar el exceso de riego, pues ocasionarías que la planta se pudriera.

IV. Temperatura

Es una planta que puede soportar hasta los -1.5ºC sin problemas, siempre y cuando no sea tan prolongada esa helada. Si vives en zona más fría, deberás de protegerla dentro de la casa.

V. Olor de las flores

La parte más desagrádale de la Stapelia variegata es su olor tan particular, pues realmente es de un aroma desagradable, casi putrefacto, pero esa característica es fundamental para su supervivencia, pues ayuda a atraer insectos para su polinización.

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