Los perros, conocidos como el “mejor amigo del hombre”, poseen un olfato tan sensible que pueden detectar temperaturas, olores imperceptibles para los humanos e incluso distinguir las heces de otros animales. Un cultivador de trufas utiliza a sus labradores entrenados para encontrar estos preciados hongos en los bosques de robles de Domaine de Bramarel Estate, cerca de Grignan.

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El perro doméstico, el primer animal domesticado por el ser humano hace 30,000 años, ha desarrollado un olfato cien veces más sensible que el nuestro. Este extraordinario sentido les permite colaborar con rescatistas en la búsqueda de personas atrapadas en escombros tras terremotos. Su cavidad nasal tiene una morfología especial que facilita esta capacidad.

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Los estudios indican que los perros poseen un receso olfativo, una estructura anatómica especializada que les permite detectar olores inéditos para los humanos. Este laberinto de vías respiratorias, ausente en los primates, se encuentra detrás de los ojos y ocupa la mitad del interior de la nariz canina. Esta estructura permite a los perros percibir y retener olores incluso después de exhalar, lo que les permite crear imágenes mentales a partir de los olores que detectan.

Además, los perros tienen la capacidad de detectar el calor corporal de otros seres vivos, lo que les ayuda a rastrear presas. Esta habilidad se debe a la presencia de una región rica en nervios en la punta de sus narices, conocida como rinario, que detecta tanto olores como calor. Esta capacidad combinada con el cerebro del perro, que procesa diversas señales, permite una percepción olfativa extremadamente avanzada.

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Los perros también pueden rastrear animales mediante el olfateo de sus desechos. Programas como el de Caninos de Conservación de la Universidad de Washington entrenan a perros para identificar animales en peligro de extinción a través de sus heces, utilizando técnicas similares a las usadas en la detección de narcóticos.

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En resumen, el olfato de los perros es una maravilla de la naturaleza, capaz de detectar olores y temperaturas, crear imágenes mentales y contribuir a la conservación de especies.