Cómo acariciar a un gato sin estresarlo
Muchas personas han experimentado la situación de acariciar a un gato aparentemente contento, solo para que, de repente, muerda o arañe. Aunque es fácil culpar al felino, la realidad es que puede que el contacto no haya sido de su agrado. Para comprender mejor estas reacciones, es importante conocer la naturaleza de los gatos y su historia evolutiva.
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A diferencia de los perros, los gatos domésticos mantienen muchas características de sus antepasados salvajes, quienes eran solitarios y evitaban el contacto directo. Aunque con el tiempo han desarrollado una relación más cercana con los humanos, no todos disfrutan de las caricias de la misma manera. Algunos felinos buscan activamente el contacto, mientras que otros simplemente lo toleran por conveniencia.
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Para que un gato disfrute de las caricias, es clave permitirle elegir el momento y la forma de la interacción. En general, prefieren ser tocados en zonas como la base de las orejas, la barbilla y las mejillas, mientras que suelen rechazar el contacto en el lomo o la barriga. Observar su lenguaje corporal es esencial para interpretar si realmente está disfrutando o si es mejor darle espacio.