Mantener el pelaje y la piel de tu gato en buen estado es esencial para preservar su salud y bienestar. Aunque los gatos son naturalmente limpios, requieren una atención constante para evitar problemas como enredos, caspa, resequedad o exceso de grasa, además de reducir la caída de pelo en el hogar.

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Una buena rutina incluye el cepillado frecuente, adecuado al tipo de pelaje de cada gato, lo que ayuda a eliminar el pelo muerto y prevenir nudos. En ciertos casos, también puede ser necesario un baño ocasional con champús específicos para gatos, especialmente si presentan acumulación de grasa o suciedad en el cuerpo.

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Una dieta equilibrada, rica en omega 3 y otros nutrientes, fortalece desde el interior la salud de su piel y pelo. Además, una correcta hidratación es fundamental: siempre debe contar con agua limpia y fresca disponible. No olvides hacer revisiones periódicas de su piel para detectar cualquier cambio, y si tu gato sale al exterior, protégelo del sol con productos adecuados.

Incorporar estos cuidados en su rutina diaria marcará la diferencia en su calidad de vida. Un gato con el pelo brillante y piel sana será más feliz, activo y saludable. Ante cualquier duda o síntoma inusual, acude a tu veterinario de confianza.