Los gatos sienten una atracción instintiva por los objetos que se mueven de forma errática, como los hilos, estambres o incluso las agujetas de los zapatos. Esto se debe a que estos elementos activan sus sentidos de manera simultánea: el tacto, el olfato e incluso el sabor despiertan su curiosidad y desencadenan su impulso de caza. Al ver un hilo moviéndose, el gato lo percibe como una posible presa y reacciona saltando, acechando y tratando de atraparlo.

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Aunque pueda parecer una actividad inofensiva, jugar con hilos y cuerdas sin supervisión representa un peligro para los felinos. Según especialistas de la plataforma Rover, estos objetos pueden ser ingeridos accidentalmente y causar graves obstrucciones intestinales. Además, la lengua de los gatos posee pequeñas púas orientadas hacia atrás, lo que dificulta que puedan escupir lo que han empezado a tragar. Si un gato presenta síntomas como vómitos, pérdida de apetito o dolor, es vital acudir al veterinario de inmediato.

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Otros objetos cotidianos como bandas elásticas, cables eléctricos o hilo dental también pueden llamar la atención de los gatos por su forma y textura, pero son igualmente peligrosos. En particular, el hilo dental puede estar impregnado con aceites esenciales tóxicos para ellos. Por eso, los expertos recomiendan no dejar cuerdas u objetos similares al alcance de los gatos y optar por juguetes seguros que estimulen sus sentidos sin poner en riesgo su salud. Mantener un ambiente controlado y supervisado es clave para su bienestar.