Mantener una adecuada hidratación en los gatos es fundamental para su salud general. El consumo regular de agua ayuda a prevenir enfermedades frecuentes como la insuficiencia renal, infecciones urinarias o la formación de cálculos. A diferencia de otros animales, los gatos tienen una baja sensación de sed debido a su origen en zonas desérticas, lo que significa que muchas veces no beben suficiente agua por sí solos. Si su alimentación se basa principalmente en pienso seco, es aún más importante fomentar su consumo de líquidos.

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Reconocer los signos de deshidratación en tu gato es esencial para actuar a tiempo. Síntomas como encías secas, ojos hundidos, letargo, pérdida de elasticidad en la piel o un descenso en el apetito pueden indicar que no está bebiendo lo necesario. Un método sencillo para comprobarlo es la “prueba del pellizco”: si al soltar la piel del cuello esta tarda en volver a su lugar, es probable que el gato esté deshidratado. Además, es clave recordar que la cantidad diaria de agua necesaria es de unos 60 ml por kilo de peso.

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Para estimular la hidratación, puedes aplicar estrategias como colocar fuentes de agua en movimiento (muy atractivas para ellos), distribuir varios recipientes por la casa y cambiar el agua con frecuencia para mantenerla fresca. Otra opción efectiva es ofrecer comida húmeda, que contiene hasta un 80% de agua, o mezclar agua con su alimento habitual. Esto es especialmente importante en gatos mayores, con enfermedades renales o dentales, quienes requieren un seguimiento más riguroso. En todos los casos, la atención veterinaria es indispensable si el gato no se hidrata adecuadamente. ¿Te gustaría que te recomiende algunas fuentes ideales para gatos?