Es común que los perros experimenten una explosión de energía después de ser bañados. Este comportamiento, conocido como zoomies o FRAP (Periodos de Actividad Aleatoria Frenética), puede deberse a diversas razones. Algunos perros, como relata Irene Keliher, se sienten eufóricos y comienzan a correr, ladrar o incluso revolcarse. Este fenómeno, más allá de ser curioso, tiene una explicación relacionada con el alivio y la felicidad que sienten los perros al terminar el baño.

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Una de las principales razones de esta conducta es la ansiedad que puede generar el baño en algunos perros. Para muchos, el baño es una experiencia estresante, ya que implica cambios en su rutina habitual. Cuando finalmente logran salir de la bañera, la energía acumulada se libera de manera frenética, corriendo y jugando de forma descontrolada. Esta es su manera de liberar la tensión acumulada y expresar su emoción.

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Otro factor importante es el olor. Los perros tienen un sentido del olfato mucho más desarrollado que el humano, y los olores de los champús y productos de baño pueden resultarles extraños. Por instinto, buscan recuperar su olor natural, revolcándose en superficies como alfombras o sofás. Además, el simple hecho de secarse también motiva parte de esta conducta, ya que intentan eliminar la humedad de su cuerpo de la forma más rápida posible.