Recoger las heces de los perros es una tarea que puede resultar desagradable, pero es fundamental para garantizar la limpieza y la salud pública. Además de mantener las ciudades limpias, esta práctica contribuye a la preservación del medio ambiente. La acumulación de desechos animales en áreas urbanas puede generar problemas de higiene y atraer a parásitos y bacterias peligrosas.

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En España, se estima que hay más de 5 millones de perros registrados, y cada uno de ellos produce, en promedio, alrededor de 500 toneladas de heces diarias. Aunque los dueños responsables que recogen las heces son mayoría, los que no lo hacen contribuyen a la contaminación del entorno, y esto afecta negativamente la percepción social de las mascotas. La gestión de estos desechos es costosa para las ciudades y puede resultar en una carga ambiental considerable.

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Las heces de los perros contienen parásitos como el Toxocara Canis, que puede generar infecciones graves. Además, estas heces representan un riesgo de contaminación del agua y la transmisión de bacterias como E. Coli y giardias. Con el fin de mitigar estos impactos, es importante adoptar hábitos responsables como el uso de bolsas biodegradables, reutilizar bolsas del supermercado y, en algunos casos, compostar los desechos.