Los perros disfrutan enormemente de las caricias y el contacto físico, y aunque cada uno tiene sus preferencias, hay ciertas áreas del cuerpo donde les gusta especialmente que los rasquen. Las orejas, la barriga y la base de la espalda son algunos de sus puntos favoritos. Las orejas, por ejemplo, les resultan placenteras porque recuerdan los lametones protectores de sus madres cuando eran cachorros. En cuanto a la barriga, cuando un perro se tumba boca arriba y permite que lo acaricien ahí, es una señal de confianza y sumisión, ya que se expone por completo a su dueño.

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Otra zona que les fascina es la base de la cola, y la razón es bastante simple: es un área difícil de alcanzar por sí mismos. Al igual que los humanos disfrutamos cuando nos rascan la espalda, los perros sienten alivio cuando alguien les acaricia esta parte del cuerpo. Además, según expertos en acupuntura, este punto, conocido como “Bai Hui” o “Puerta del cielo”, estimula la circulación, alivia el dolor y reduce el estrés, favoreciendo la liberación de endorfinas.

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Sin embargo, aunque los perros pueden pedir que los rasquen con frecuencia, es importante estar atentos si muestran una insistencia excesiva, ya que podría ser señal de la presencia de pulgas en la base de la cola. Para descartar este problema, se recomienda revisar con un peine antipulgas y observar si hay rastros de estos parásitos. En caso de que todo esté en orden, se puede seguir consintiendo a la mascota con confianza, brindándole el afecto que tanto disfruta.