Perros e insomnio: qué revela la ciencia sobre su descanso
El insomnio no es exclusivo de las personas. Una investigación científica confirmó que las mascotas, especialmente los perros, también pueden tener dificultades para dormir, en particular después de vivir situaciones estresantes. El estudio señala que las experiencias emocionales del día influyen directamente en la calidad del descanso nocturno de los animales.
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El trabajo fue realizado por el Instituto de Neurociencia Cognitiva y Psicología de Hungría y publicado en la revista científica The Royal Society. Los investigadores analizaron cómo distintas vivencias afectan el sueño canino, comparando estímulos positivos, como juegos y caricias, con experiencias negativas, como la indiferencia del humano o miradas percibidas como amenazantes. Los resultados mostraron diferencias claras en la actividad cerebral durante el descanso.
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Mediante el uso de sensores EEG, se detectó que los perros expuestos a estímulos positivos lograron hasta 20 minutos más de sueño profundo, mientras que aquellos que atravesaron experiencias negativas despertaron con mayor frecuencia y pasaron más tiempo en la fase REM, etapa en la que el cerebro está más activo y el descanso es menos reparador. A largo plazo, este tipo de alteraciones podría afectar el aprendizaje, el estado de ánimo y favorecer conductas irritables o agresivas.
Aunque una mala noche no representa un riesgo inmediato, los especialistas advierten que la repetición de estos episodios sí puede impactar en el bienestar general del animal. Las conclusiones del estudio son contundentes: los estímulos emocionales influyen directamente en la fisiología del sueño de los perros, lo que refuerza la importancia de crear rutinas tranquilas y saludables antes de la hora de dormir para asegurar un descanso adecuado.
