Monumento pionero en Europa para honrar a los animales abandonados
En el paseo marítimo de Moaña (Pontevedra), se encuentra desde 2010 una singular estatua en piedra que rinde homenaje a los animales abandonados. Esta obra, que representa a un perro sin raza con un gato entre sus patas, fue la primera de su tipo en Europa y tiene un significado profundo: crear conciencia sobre el abandono animal. La estatua no tuvo costo alguno, gracias a la donación de la piedra por una cantera local y la generosidad de la artista Carmen Grandal, quien la talló de manera gratuita.
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La figura fue promovida por Lela Soage, una mujer que dedicó su vida a la protección de los animales, fundando la Protectora de Animales de O Morrazo. Su entrega fue tal que, incluso después de sufrir un accidente en 2014 que afectó gravemente su salud, seguía visitando a los animales en la protectora en silla de ruedas. A pesar de su fallecimiento en 2019, su legado perdura, siendo continuado por las nuevas responsables de la protectora y recordado a través de la estatua que ella tanto luchó por erigir.
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La labor de Soage y su estatua han dejado una huella imborrable en Moaña y en toda la comarca de O Morrazo. Cerca de 40 voluntarios colaboran hoy en día para mantener el refugio en funcionamiento, asegurando que los animales abandonados encuentren un hogar temporal o definitivo. La estatua es un símbolo no solo de reconocimiento, sino también de responsabilidad y empatía hacia los animales, recordándonos la importancia de tratarlos con respeto y cariño.