Los perros parecen encontrar una felicidad especial bajo el sol, y no es casualidad. Al igual que en los humanos, la exposición solar estimula la producción de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”. Esta hormona no solo mejora su estado de ánimo, también reduce la depresión y los sentimientos de soledad. Además, el sol ayuda a liberar melatonina, lo que fomenta el descanso y el bienestar general en tu mascota.

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Tomar el sol no solo los hace felices; también fortalece su sistema inmunológico y aporta vitamina D, esencial para su salud. La vitamina D, obtenida a través de los rayos UVB, ayuda a absorber calcio y fósforo, claves para mantener huesos fuertes y prevenir problemas óseos. Aunque en los perros el proceso no está completamente demostrado, se cree que funciona de manera similar al de los humanos.

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Sin embargo, la exposición al sol debe ser moderada. Demasiado tiempo bajo sus rayos puede ser perjudicial para los perros, especialmente en razas sensibles como los crestados chinos, que necesitan protección solar. Consulta con un veterinario sobre las precauciones adecuadas para asegurar que tu mascota disfrute del sol de forma segura y saludable.