¿Por qué nos encariñamos más con los perros que con los gatos?
Los perros y los gatos son las mascotas más populares en el mundo, pero diversos estudios sociológicos indican que nos encariñamos más con los perros. Aunque la preferencia por una u otra depende de factores personales, culturales y hasta económicos, la relación emocional que establecemos con estos animales es distinta. Mientras que los perros tienden a ser más sociables y afectuosos, los gatos son conocidos por su independencia. Esto influye en cómo nos vinculamos con ellos y, en muchos casos, nos lleva a sentir un mayor apego hacia los perros.
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Uno de los factores clave para entender esta preferencia es la disposición de los perros para interactuar con las personas. Durante su domesticación, los perros fueron seleccionados por su sociabilidad, lo que los hace más propensos a establecer vínculos emocionales con los humanos. En cambio, los gatos, que han mantenido rasgos más salvajes, no buscan constantemente la interacción humana, lo que crea una relación más distante. Este comportamiento influye también en la cantidad de dinero que los dueños están dispuestos a gastar en su mascota, siendo los perros los que más beneficios reciben en términos de cuidados y entretenimiento.
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Desde el punto de vista sociológico, este comportamiento de los perros favorece la idea de que son más “familia” que los gatos. Según estudios, los dueños de perros tienden a ver a sus mascotas como mejores amigos, y realizan más actividades con ellos, como pasear o jugar. Esto estrecha el vínculo emocional, mientras que los gatos suelen ser más reservados y solo muestran afecto cuando lo desean. Aunque ambos animales ofrecen cariño de diferentes maneras, la conexión emocional que los humanos desarrollan con los perros suele ser más intensa, simplemente porque los perros se dejan querer más.