Recibir a un nuevo gato en casa puede ser una experiencia emocionante, aunque también desafiante. Estos animales son muy territoriales, por lo que una presentación inadecuada puede generar conflictos entre el recién llegado y los gatos que ya habitan en el hogar. Sin embargo, con un proceso gradual y estrategias adecuadas, es posible conseguir que la convivencia se desarrolle de forma tranquila y positiva.

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Uno de los primeros pasos para lograr una adaptación exitosa es preparar un espacio exclusivo para el nuevo felino, equipado con arenero, comedero, cama, juguetes y rascador. Esto le permitirá sentirse seguro mientras se acostumbra a los nuevos olores y sonidos. Además, el uso de feromonas sintéticas ayuda a reducir la tensión y genera un ambiente más relajado para todos.

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Cuando llegue el momento de los primeros encuentros, lo ideal es que sean progresivos y bajo supervisión. Intercambiar mantas o juguetes impregnados con el olor de cada gato es una técnica efectiva antes del contacto directo. Después, pueden realizarse presentaciones visuales seguras utilizando una puerta entreabierta o una reja, hasta llegar a encuentros cara a cara con refuerzo positivo y espacios compartidos. Con paciencia y organización, los gatos aprenderán a convivir de manera armoniosa.