La forma en que perros y gatos interactúan con la televisión ha sido tema de numerosos estudios científicos que revelan que su percepción visual y auditiva difiere notablemente de la de los humanos. Aunque pueden parecer interesados al mirar una pantalla, su atención y lo que realmente perciben está condicionado por limitaciones en su visión del color, sensibilidad al movimiento y tipo de estímulo que reconocen.

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La visión cromática de estos animales es más reducida: distinguen principalmente tonos amarillos y azules, a diferencia de la amplia gama de colores que perciben los humanos. Además, su capacidad para captar movimiento requiere una tasa de imágenes más alta —al menos 70 fotogramas por segundo—, lo cual significa que muchos contenidos televisivos les parecen estáticos. En el caso de los videojuegos, su mayor fluidez los hace más atractivos para los perros, especialmente si aparecen otros canes, a quienes pueden reconocer visualmente.

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El sonido también cumple un papel clave. Estudios señalan que los perros reaccionan ante audios que imitan situaciones reales, como ladridos o sirenas, mientras que los gatos muestran menor interés visual, prefiriendo estímulos que activen su instinto cazador. En ambos casos, más que entretenimiento, la televisión puede representar un momento de curiosidad condicionado por su naturaleza y estímulos sensoriales.