El juguete Kong es mucho más que un simple mordedor: es una herramienta para estimular la mente de tu perro, aliviar su ansiedad y convertir la hora de la comida en un juego divertido. Rellenarlo con ingredientes frescos y saludables permite mantener a tu mascota entretenida por más tiempo, evitando el aburrimiento y favoreciendo su bienestar físico y mental.

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Para preparar un Kong casero y nutritivo, combina texturas y sabores. Algunas opciones irresistibles son pollo desmenuzado con fruta madura y un toque de paté de pavo, o una mezcla de puré de calabaza con arroz y trozos de pollo. Incluso puedes optar por alternativas veganas como batata con manzana y crema de cacahuate sin azúcar, o darle un plus de proteínas con queso fresco, huevo duro y brócoli. Congelar el juguete un par de horas intensifica el reto y prolonga la diversión.

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Si tu perro es cachorro, apuesta por rellenos suaves y fáciles de masticar, como puré de zanahoria, yogur sin lactosa o frutas bien maduras. Introduce el Kong poco a poco, supervisa su uso y evita congelar si tiene menos de tres meses. Cambiar los ingredientes con frecuencia y mantener el juguete limpio garantiza que tu peludo se mantenga motivado, feliz y saludable.