Perfumes para perros: ¿moda peligrosa?
El reciente lanzamiento del perfume para perros Fefé, de la firma Dolce & Gabbana, ha encendido la polémica entre los expertos en salud animal. Aunque este producto —comercializado como “seguro para mascotas” y sin alcohol— ha sido bien recibido por algunos dueños de perros, varios veterinarios advierten que su uso podría afectar el sentido del olfato del animal, clave para su comportamiento y bienestar general. Enmascarar el olor natural del perro no solo altera su forma de relacionarse, sino que puede provocar ansiedad o reacciones indeseadas entre otros animales.
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Los perfumes caninos, a pesar de estar formulados con ingredientes menos agresivos que los humanos, deben usarse con extrema moderación. Aplicarlos directamente sobre la piel, cerca de los ojos, orejas o nariz, puede resultar irritante. Los expertos recomiendan rociarlos únicamente en áreas con pelo que el animal no pueda lamer, y siempre tras el baño, cuando el pelaje esté limpio y seco. Usarlos con demasiada frecuencia puede interferir con la percepción olfativa del perro, generando desorientación o confusión en su entorno.
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Además del riesgo de alterar el comportamiento social del perro, el uso del perfume puede dificultar la detección de problemas de salud. Ciertos olores naturales, como el que produce una infección en el oído o una herida en la piel, sirven de alerta temprana para dueños y veterinarios. Al encubrir estos aromas, se corre el riesgo de pasar por alto afecciones importantes. Como concluyen especialistas en bienestar animal, aunque algunos aceites con fragancias suaves puedan calmar en situaciones puntuales, es preferible respetar el mundo olfativo del perro y priorizar su salud sobre las tendencias.