El mito de que los gatos son indiferentes y distantes es solo eso: un mito. Aunque muchos consideran a los felinos como animales independientes, la realidad es mucho más compleja. Su comportamiento, a menudo malinterpretado, refleja un delicado equilibrio entre su instinto y su interacción con los humanos.

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Por ejemplo, el famoso hábito de aterrizar de pie tiene una base científica. Un mecanismo en su oído interno les ayuda a girar en el aire, pero esto no los hace inmunes a las lesiones en caídas. Además, la idea de que los gatos aman la leche es engañosa: aunque disfrutan su sabor, no la digieren bien. Expertos recomiendan sustituirla por pequeñas porciones de carne cocida si buscas recompensarlos.

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En cuanto a su supuesta soledad, un estudio de 2017 demostró que la mayoría de los gatos prefieren interactuar con humanos antes que comer, jugar o explorar olores. Sin embargo, su nivel de sociabilidad varía según su crianza y el entorno. Si consideras que tu gato es poco social, tal vez solo necesite más oportunidades para interactuar contigo.

Los gatos, lejos de ser distantes, son criaturas complejas y adaptativas, capaces de formar vínculos profundos si se les da el espacio y la atención necesarios.