Desde 2019 ya se habían reportado casos de jóvenes adolescentes que estaban presentando ansiedad, sin embargo, con el paso de la pandemia estos casos aumentaron significativamente ya que la falta de interacción social y la incertidumbre sobre el futuro trajo nuevos problemas y preocupaciones. Además, para aquellos adolescentes que pudieran estar sufriendo de abuso y la escuela fuera su único santuario, se vieron forzados a permanecer en casa donde posiblemente también se encontrara su agresor.

Después de dos años y medio, ahora los adolescentes se enfrentan al reto de reintegrarse a la sociedad estudiantil, cumplir nuevamente con horarios establecidos y una carga de trabajo muy diferente a la que llevaron durante la cuarentena. Tampoco podemos dejar de lado que el refugio para muchos fueron las redes sociales, las cuales brindaron un escudo en su momento para expresar sus emociones, pero que ahora los deja al descubierto delante de las demás personas.

Según la organización mundial de la salud, 3.6% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 4.6% de los de 15 a 19 años sufren de ansiedad y el 1.1% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 2.8% de los de 15 a 19 años sufren depresión. Estos dos trastornos, en conjunto o por separado pueden causar problemas graves en la salud mental y emocional de los jóvenes, además de afectar su asistencia escolar, estudios y deberes. Cuando estos últimos son afectados, pueden llevar al retraimiento social y a su vez aumentar el aislamiento y la soledad, por lo que se puede desencadenar la depresión o empeorarla. No hay que olvidar que la depresión puede llevar al suicidio y este ocupa el cuarto lugar de las causas de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.

Algunos síntomas que presentan los adolescentes que padecen ansiedad pueden ser:

Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
Aumento del ritmo cardiaco.
Hiperventilación.
Sudoración.
Temblores.
Sensación de debilidad o cansancio.
Problemas para concentrarse o para pensar en algo más que el problema actual.

Si observas que un adolescente cercano a ti presenta alguno de estos síntomas, acércate, habla y sobre todo escucha.

Línea de la vida: 8009112000

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