Empezaremos por decirte que son los germinados, y son nada más y nada menos que semillas comestibles, estas tienen un proceso natural que se van convirtiendo en plantas pequeñas y jóvenes con un alto valor nutricional.

Existe una gran variedad de semillas que se pueden germinar, entre ellas tenemos los guisantes germinados y estamos hablando de las lentejas, los garbanzos, las alubias, los frijoles, etc.; los granos germinados, tales como el arroz integral, el amaranto, el trigo, la quinoa y brotes de avena; también existen otros tipos de geminados de verduras o de hojas, o de frutos secos y semillas.

El cultivo de germinado se puede realizar en casa, esta práctica te otorgará grandes beneficios, ya que no existe riesgo de contaminación. Además, es barato, sencillo y no requiere que le inviertas mucho tiempo. Un plus que tiene, es que son saludables y poseen muchos nutrientes.

Los germinados a pesar de ser bajos en calorías, son una rica fuente de nutrientes, también se dice que mejoran la digestión y los niveles de azúcar en la sangre. Su contenido en vitaminas y minerales varía según la variedad.

I. Pasos para realizar germinados caseros

Lo primero que debes conocer es el material que se requiere para realizar el germinado.

1. Tapa plástica de algún recipiente que ya no uses.
2. Servilletas de cocina (3).
3. Tijeras.
4. Las semillas que quieras germinar.



II. Procedimiento.

1. Limpia la tapa y elimina cualquier residuo que pudiera tener.
2. Coloca las servilletas de cocina sobre la tapa y corta los sobrantes, con estos últimos, rellena los espacios de la tapa que la hoja de la servilleta no haya alcanzado. Presiona bien para que la servilleta cubra bien toda la superficie de la tapa.
3. Lavar las semillas y escurrirlas. Una vez que estén escurridas, espárcelas sobre la tapa y asegúrate que no queden semillas encima de otras.
4. Humedece las semillas.
5. Coloca la tapa con las semillas para germinar en un lugar donde reciba aire y sol.
6. Humedece el germinado dos veces al día, por la mañana y por la tarde. Ojo, solo humedece no encharques.
7. En unos cuantos días verás germinar tus semillas. Para usar los brotes, solo córtalos con una tijera limpias y deja germinar aquellas que aún no estén listos.
8. Una vez que los brotes hayan terminado de crecer, es hora de descascararlos. Este proceso es súper fácil y divertido también. Todo lo que necesitas hacer es sumergir los brotes en un poco de agua fresca y fría, luego empujar los brotes hacia abajo con la mano y las cascaras se elevarán hasta la superficie del agua. Saca el agua y las cascaras hasta que la mayoría desaparezcan (no es necesario que los saques todos). Puede ser necesario un par de cambios de agua para obtener la mayoría de ellos.
9. Una vez que estén completamente germinadas, puedes mantenerlos frescos de uno a tres días dentro del refrigerador, en un recipiente hermético.

Los germinados se consumen generalmente crudos, pero también pueden cocinarse ligeramente antes de comerlos. Se pueden comer de diversas maneras y se incorporan fácilmente a una gran variedad de platos, como por ejemplo: crudos en un sándwich o mezclados en una ensalada.

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