El wok es un instrumento que se utiliza en la cocina oriental desde hace más de 3.000 años. Es en la gastronomía cantonesa donde se le da el nombre ‘wok hei’. Es un recipiente de características entre un sartén y una cazuela, de base cóncava y aproximadamente de 10 centímetros de profundidad.

En él podrás saltear, freír o cocer al vapor un sinfín de alimentos en muy poco tiempo, no requerirás usar mucha grasa, así que tus comidas serán más saludables. En los países occidentales, el wok ya tiene presencia, se pueden encontrar en materiales como acero inoxidable. Y para sacarle el mayor provecho, te diremos como curarlo antes de usarlo y mantenerlo en óptimas condiciones.

• Uso por primera vez: se recomienda que sea ‘curado’, es decir, eliminar la capa superficial añadida por el fabricante. Para ello, se deberá pasar una servilleta impregnada de aceite sobre todo el wok, después se pondrá a fuego intenso durante unos minutos (deberá de dejar de humear). El procedimiento se repetirá varias veces, la finalidad es que adquiera un tono negro, esa será la señal de que se ha formado una capa protectora.

• El mantenimiento y la limpieza del wok son fundamentales para su conservación y durabilidad. Se deberá lavar con agua caliente y utilizar una brocha de bambú o cualquier otra que sea suave. Procura secarlo a la perfección, después, coloca una capa de aceite de oliva para evitar su oxidación y así lo guardas hasta el próximo uso.

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