Por Doctor Sote

«La constante corriente política seguida por el régimen, de inicio a fin, fue el de la militarización: el crecimiento y subsecuente dependencia del Ejército Federal, la incorporación de militares en puestos públicos, la preferencia por soluciones militares por encima de las políticas, la militarización de la sociedad en general […] estuvo bastante cerca de convertir a México en un estado completamente militarizado» fue escrito por el historiador inglés Alan Knight en su libro The Mexican Revolution.Y no, no se refiere a Andrés Manuel López Obrador, porque el libro fue publicado en 1986, sino a Victoriano Huerta. La historia siempre se repite, siempre con distintos nombres siempre con distinta fecha.

Finalmente fueron seis distinguidos personajes públicos los nominados. Tienen los méritos suficientes para llegar a la presidencia a través de un ejercicio democrático porque serán las bases las que inclinen la balanza de la candidatura. Seis celebérrimas caras pero con la consigna de continuar el proyecto de país. Una de ellas es quien gobierna la Ciudad de México, otros son secretarios de estado. Uno es quien el presidente ha definido como su hermano. Un estilo personal de gobernar será quien se siente en la Silla principal de Palacio Nacional. No existe oposición. La ciudadanía confía en que él será quien designe el abanderado por el invencible partido.

Pero no me refiero a Claudia Sheinbaum, ni Adán Augusto López, ni Marcelo Ebrard, ni Ricardo Monreal, ni el no-tiene-oportunidad Gerardo Fernández Noroña (por el PT) ni el senador del PVEM que nadie sabe cómo se llama. Me refiero a Manuel Bartlett (gobernación), Carlos Salinas de Gortari (programación y presupuesto), Ramón Aguirre (regente del Distrito Federal), Sergio García Ramírez (procurador), Miguel González Avelar (SEP) y Alfredo del Mazo (el hermano que nunca tuvo Miguel de la Madrid)  esto ocurrió en 1987.

Cuántas coincidencias. 6 precandidatos en el 87 y 6 en 2023. La falsa locura de permitir que la ciudadanía sea la gran electora. Dos gobernadores; Ramón Aguirre, del entonces Distrito Federal y Claudia Sheinbaum de ahora la Ciudad de México. Dos desconocidos Miguel González Avelar y el senador del PVEM (a ver si no le va peor que a Alfredo Adame). Dos hermanos deseados: Alfredo del Mazo para de la Madrid y Marcelo Ebrard para López Obrador.

Finalmente el gran elector fue Miguel de la Madrid, ahora lo será el señor presidente Andrés Manuel López Obrador.

La historia siempre se repite, siempre con distintos nombres siempre con distinta fecha.

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