2024 se Despide: Reflexiones y Esperanzas para el 2025
Nota y fotos por Silver Juárez Arce
Hoy, el mundo se encuentra en la transición entre el final de un año que envejece y uno que apenas comienza a dar sus primeros pasos. El 2024, representado como un anciano lleno de sabiduría y marcado por los días vividos, se prepara para ceder su lugar al 2025, un niño que simboliza nuevas oportunidades, sueños por cumplir y caminos por recorrer.
Este cambio no es solo un conteo en el calendario, sino un momento cargado de simbolismo. El Año Viejo, como un anciano cansado, trae consigo recuerdos de desafíos superados y logros alcanzados, pero también de las lecciones que quedarán en la memoria. Mientras tanto, el Año Nuevo, con su figura infantil, representa la frescura de los inicios, la energía de lo desconocido y la promesa de un futuro lleno de posibilidades.
En Chihuahua, las familias ya se preparan para la tradicional cena de Año Nuevo, con abrazos listos para el primer minuto del 2025. Entre deseos y propósitos, el cambio de año se vive con la esperanza de que el niño recién llegado traiga consigo más momentos de alegría, prosperidad y unidad para todos.
Así, mientras las últimas horas del 2024 transcurren, el reloj marca la llegada de un nuevo ciclo, invitando a dejar atrás lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo con el corazón abierto.
Feliz Año Nuevo!
