Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

A pesar de la prohibición de la importación de vapeadores en México, estos dispositivos continúan siendo populares entre los ciudadanos de Chihuahua. En una entrevista exclusiva con 880 Noticias, César, un joven trabajador dedicado a la venta de fundas y la reparación de celulares, compartió su experiencia y opinión sobre el uso de vapeadores.

César explicó que optó por los vapeadores para evitar los daños causados por el cigarro tradicional. «Para no estar fumando porque hace más daño el cigarro. Como decía, no trae nicotina. Por eso», mencionó César. El dispositivo que utiliza, comúnmente conocido como cigarro electrónico, le costó $1,500 y es recargable tanto en líquido como en batería.

El líquido utilizado, que le cuesta aproximadamente $200 pesos mensuales, resulta ser una opción más económica y menos dañina que el cigarro tradicional, según César. «Pues le sale mejor que estar fumando. Y menos daño», afirmó.

Desde hace tres años, la importación de estos dispositivos quedó prohibida en México por decreto presidencial. Aunque en junio de 2021 la Suprema Corte revocó esta prohibición, argumentando que atentaba contra el libre desarrollo de la personalidad, el Senado aprobó la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación, manteniendo la prohibición a la importación legal de vapeadores y calentadores, ya que no se producen en el país.

Riesgos para la salud

En 2019, Estados Unidos confirmó más de 30 muertes relacionadas con los cigarrillos electrónicos, y una en México. Según la Comisión Federal para la Protección contra los Riesgos Sanitarios (Cofepris), en ese mismo año se declaró alerta máxima por los riesgos a la salud a corto, mediano y largo plazo por el uso de estos instrumentos. Los principales daños incluyen tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, síntomas gastrointestinales como náuseas, vómito, dolor de estómago, diarrea, y en ocasiones fiebre, escalofríos o pérdida de peso.

Además, el vapor de un cigarro electrónico puede contener sustancias potencialmente dañinas como compuestos orgánicos volátiles, partículas finas, metales pesados (como níquel, estaño y plomo), y sustancias químicas cancerígenas. Los saborizantes como el diacetilo están vinculados a enfermedades graves en los pulmones.

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias en México y la Secretaría de Salud Federal coinciden en que el vapeo causa graves enfermedades pulmonares, incluso mortales. En México, se estima que 975 mil personas utilizan vapeadores y 5 millones han utilizado uno al menos una vez. En 2019, más de 2 mil 500 personas fueron hospitalizadas por su uso, y se relacionó con 57 muertes reportadas en la primera semana de enero de 2020.

A pesar de estos riesgos y la prohibición vigente, el uso de vapeadores continúa siendo una práctica común en Chihuahua, reflejando una tendencia nacional que desafía las regulaciones y pone en riesgo la salud pública.

A pesar de la creciente preocupación por los riesgos a la salud asociados con los vapeadores, tanto el gobierno municipal como el estatal de Chihuahua han fallado en intensificar las campañas de concientización contra el uso de estos dispositivos.

Este vacío en la prevención y educación es especialmente preocupante dado que los jóvenes son los principales consumidores de vapeadores. Sin una campaña activa y visible que informe sobre los peligros del vapeo, la tendencia entre los jóvenes sigue en aumento, lo que representa un serio desafío para la salud pública en la región.