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A un año de Claudia Sheinbaum en la silla: Chihuahuenses exigen acciones ante promesas incumplidas y crisis sin freno

Nota y fotos por: Silver Juárez Arce

Con rostros de decepción y solo dos voces que reconocen avances, ocho Chihuahuenses evaluaron el primer año de Claudia Sheinbaum en la presidencia de la republica. Mientras el gobierno federal reporta logros en seguridad, economía y derechos humanos, los testimonios en las calles pintan un panorama distinto: medicinas que no llegan, violencia que persiste y una economía que no mejora para la mayoría.

Lis Inés Salas, ama de casa, no titubeó al calificar el mandato: “No veo cambios. Nada de lo prometido se ha cumplido. En seguridad no hay seguridad, y en política es un desastre. Los nuevos jueces son muy jóvenes e inexpertos”. Su opinión refleja la frustración de quienes esperaban transformaciones tangibles en su vida cotidiana.

Eder Acevedo, vendedor de 32 años, fue más contundente al señalar los problemas que más le afectan: “No hay medicinas. Mi mamá tiene que comprar todo, y en seguridad está peor: la delincuencia se disparó. En política, es un desmadre”. Su testimonio subraya la crisis en salud pública y el aumento de la inseguridad, dos de los problemas más mencionados por los entrevistados.

Ramón Mendoza, empleado y fotógrafo, vinculó los problemas actuales con lo que considera una herencia no resuelta: “Desde López Obrador no hay medicamentos. La economía bajó un 60% en mis ventas, y la inseguridad sigue igual. Sinaloa lleva más de un año con el mismo problema, y no hay soluciones”. Su análisis apunta a una continuidad de los problemas sin avances visibles en áreas clave.

El pensionado Ricardo fue aún más directo: “El país está mal. Hay muchas muertes. La economía no me alcanza: con seis mil pesos no pago mis medicinas, y aunque tengo seguro, no me las dan”. Su caso ejemplifica las dificultades que enfrentan los adultos mayores para acceder a servicios básicos de salud.

En contraste, Aranza, trabajadora del Congreso, ofreció una perspectiva más positiva: “Ha traído muchos programas sociales nuevos. Creo que está más preparada que otros presidentes y ha hecho una buena gestión”. Su opinión destaca como una de las pocas voces optimistas entre los entrevistados, aunque incluso ella reconoció que hay áreas que requieren mayor atención.

Adriana Mesa fue más crítica, especialmente en el ámbito internacional: “Ha tenido desatinos, sobre todo en cómo ha atendido la inseguridad. No voté por ella, pero incluso así, no me convence”. Su postura refleja el escepticismo hacia la gestión en política exterior y seguridad, dos áreas donde los ciudadanos esperaban mayores avances.

Alan un trabajador ofreció una visión más individualista: “No noto diferencia entre un gobierno y otro, pero creo que cada quien debe hacer el esfuerzo por mejorar su entorno”. Su comentario introduce una perspectiva diferente, aunque no por ello menos válida, sobre el papel de la ciudadanía en el cambio social.

Finalmente, Pedro Fernández Acosta, jubilado, reconoció algunos avances en economía y seguridad, aunque con reservas: “Mi respeto para ella; es inteligente y sabe trabajar. En seguridad, poco a poco va mejorando, y en economía, muchos empresarios extranjeros quieren invertir en México”. Su testimonio cierra con un tono más esperanzador, aunque matizado por la realidad que vive a diario.

Mientras Sheinbaum destaca una reducción del 25-32% en homicidios gracias a operaciones como la Enjambre, en Sinaloa se registraron más de 1,800 homicidios solo en 2025. La extorsión y el secuestro siguen impunes, y la coordinación con los estados sigue siendo insuficiente. “La delincuencia está más descarada”, denunció Eder Acevedo, reflejando el sentimiento de impotencia ante una guerra contra el narco que no se contiene.

En economía, aunque se celebran los 836,000 millones de pesos invertidos en programas sociales, el PIB creció solo 0% en 2025, la inversión privada no despega y el déficit fiscal del 5.9% del PIB sigue siendo un lastre. “Con seis mil pesos no pago mis medicinas”, lamentó Ricardo, mientras Lis Inés Salas sentenció: “Nada de lo prometido se ha cumplido”. El contraste es claro: mientras algunos ven oportunidades, la mayoría reporta una caída en sus ingresos.

En corrupción, aunque hay detenciones por “huachicol fiscal” y investigaciones a factureras, 1,500 carpetas judiciales siguen archivadas y el Sistema Nacional Anticorrupción no se ha reformado. “Es un desmadre en política”, dijo Eder Acevedo, mientras Adriana Mesa criticó el manejo internacional de Sheinbaum.

En derechos humanos, aunque se ha implementado la Plataforma Única de Identidad, persisten 133,000 desapariciones, con 12,000 nuevos casos solo en 2025. El caso Ayotzinapa sigue sin resolverse y el presupuesto para género sigue siendo insuficiente.

Los chihuahuenses no piden milagros, pero sí exigen resultados concretos. En seguridad, los operativos mediáticos no han frenado la guerra entre cárteles ni la impunidad. En economía, los programas sociales no compensan el crecimiento cero y la inflación que devora los salarios. En corrupción, las detenciones selectivas no ocultan el estancamiento del sistema. Y en derechos humanos, las plataformas digitales no consuelan a las familias de los desaparecidos.

“No ha cambiado nada”, coincidieron seis de los ocho entrevistados. Sheinbaum heredó un país fracturado, pero su primer año no ha logrado sanar las heridas: Sinaloa sigue en llamas, Chihuahua carece de medicinas esenciales y la economía no despega para la mayoría. Mientras el gobierno habla de logros macro, los chihuahuenses viven una realidad micro: falta de medicinas, inseguridad persistente y bolsillos cada vez más vacíos. La pregunta que queda en el aire es si en los próximos años estos problemas podrán revertirse o si, como temen muchos, se convertirán en la constante de su mandato.