Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En las transitadas calles del centro de Chihuahua, Ángel, un joven de 26 años, desafía las dificultades de la vida con su pasión por la música a pesar de enfrentar retinosis pigmentaria, una enfermedad degenerativa que afecta su visión.

Con una guitarra en mano, Ángel se destaca entre la multitud, ofreciendo melodías con destreza y seguridad. A pesar de su condición visual, no se permite que las adversidades le impidan disfrutar de su pasión. «No, claro que no», responde con confianza cuando se le pregunta si le resulta difícil tocar.

Ángel aprendió a tocar la guitarra con la ayuda de familiares y amigos, quienes también comparten su amor por la música. Soltero y lleno de vitalidad, Ángel se mantiene activo en el centro de la ciudad, donde a veces se presenta en la ruta troncal para entretener a los transeúntes con su talento y ganar unos pesos.

A pesar de los desafíos que enfrenta al navegar por las calles de la ciudad, Ángel elogia los esfuerzos de la administración municipal por mejorar la accesibilidad y la inclusión. Sin embargo, reconoce que aún existen obstáculos, como la falta de señales auditivas en los semáforos, lo que dificulta su movilidad en algunas áreas.

Con determinación y optimismo, Ángel demuestra que la música es un puente que une a las personas, trascendiendo barreras físicas y visuales.

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