Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En las calles entre tercera y quinta, específicamente en La Victoria, el Centro de Chihuahua se ilumina con la presencia y el trabajo dedicado de Luisa, una mujer Rarámuri de la tercera edad que ha convertido sus habilidades artesanales en una forma de vida.

Al ser abordada para una entrevista, Luisa responde con sencillez y dedicación mientras crea una canasta de hoja de pino, un arte que ha sido transmitido a lo largo de generaciones en su comunidad. «Un día, nomás uno», comparte Luisa con una sonrisa, refiriéndose al tiempo que toma crear estas delicadas canastas.

La artesana Rarámuri no solo se dedica a las canastas, sino que su repertorio incluye tortilleros, tollas, ceras, tambores, canastas, vestidos y hasta pinole. Cada pieza que crea es un testimonio de la rica tradición cultural de su comunidad, que encuentra expresión en sus habilidades artesanales.

«Todo viene de la sierra», comenta Luisa, destacando la conexión profunda entre su arte y las tierras altas de Chihuahua. Su puesto, ubicado entre quinta y Victoria a las afueras del casino, se convierte en un pequeño rincón de la sierra en medio de la ciudad, ofreciendo a los transeúntes la oportunidad de apreciar y adquirir estas piezas únicas.

Las canastas, verdaderas obras de arte en sí mismas, tienen un valor de 100 pesos, un precio que refleja no solo el trabajo manual y la destreza de Luisa sino también la riqueza cultural y la autenticidad que encierra cada creación.

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