Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
Abel Sánchez Peña es un hombre admirable que ha enfrentado numerosos obstáculos a lo largo de su vida, incluyendo la pérdida de una pierna a la edad de 10 años. A pesar de su discapacidad, Abel trabaja arduamente para mantener a su esposa e hija boleando zapatos en la plaza de armas frente al Palacio de Gobierno de la ciudad, donde ha trabajado durante los últimos 24 años.
Abel comienza su jornada laboral a las 7:30 de la mañana y trabaja hasta las 5 de la tarde todos los días. Ofrece una boleada completa por 25 pesos y es conocido por su atención al detalle y por hacer un excelente trabajo en cada zapato que llega a sus manos. Sin embargo, en los últimos años, la situación económica ha sido difícil para Abel, ya que cada vez menos personas acuden a bolear sus zapatos debido a la pandemia y otros factores.
A pesar de las dificultades, Abel sigue trabajando incansablemente para mantener a su familia. En una entrevista reciente, compartió su consejo para las personas con discapacidad: «Trabajen, porque el trabajo sí existe, solo faltan las ganas de superarse al igual que yo lo hice desde muy joven». Abel es un gran ejemplo de perseverancia y determinación, demostrando que la discapacidad no es una limitación para lograr el éxito.
Además de su trabajo como boleador, Abel es un hombre muy amable y cordial. Siempre está dispuesto a charlar con sus clientes y ofrecerles una sonrisa y un buen trato. Los clientes que visitan la plaza de armas a menudo se detienen a hablar con Abel, no solo para bolear sus zapatos, sino también para disfrutar de una agradable platica.
La historia de Abel es inspiradora y un ejemplo para todos. Nos enseña que la discapacidad no es una barrera para el éxito y que el trabajo duro y la determinación pueden llevarnos lejos en la vida. Si alguna vez visitas la plaza de armas frente al Palacio de Gobierno, no dudes en buscar a Abel y solicitar una boleada de zapatos mientras compartes un momento agradable y una charla con este hombre admirable.