Campesinos de La Concordia siembran calabaza entre la sequía y la urbanización
Nota y fotos por: Silver Juárez Arce
En la colonia La Concordia, ubicada en las afueras de Chihuahua, los campesinos están aprovechando la temporada actual para sembrar calabazas mientras se aproxima la temporada de Día de Muertos, tradicionalmente dedicada a la siembra de flores. Rafael, un agricultor local, explicó que esta práctica les permite mantenerse productivos y aprovechar al máximo sus tierras durante todo el año.
“Sembramos calabazas para no perder el tiempo en las tierras y aprovechar el período que está dando la tierra para buscar la forma de sacar para mantenernos”, comentó Rafael. Actualmente, han sembrado tres cuartos de hectárea de calabaza mallera, una variedad grande utilizada comúnmente para preparar caldos. La cosecha de calabaza está lista en aproximadamente 45 días, dependiendo de las condiciones climáticas.
Los agricultores de La Concordia suelen vender sus productos en cajas, surtiendo a centros comerciales y, en ocasiones, a mercados locales cuando no tienen compradores fijos. Sin embargo, enfrentan desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la distribución de fertilizantes. Rafael mencionó que, aunque el gobierno facilita toneladas de fertilizantes para los agricultores, estos rara vez llegan a quienes realmente trabajan la tierra. “El que anda aquí en la tierra nunca le llega nada porque siempre se queda con los presidentes de la comunidad”, explicó, refiriéndose a cómo los fertilizantes son acaparados y vendidos en otras regiones, dejando a los campesinos locales sin estos recursos esenciales.

La situación se agrava con la urbanización creciente en la zona, donde el río Sacramento, antes una fuente vital de agua limpia para la agricultura, ahora está rodeado de fraccionamientos y viviendas. A pesar de estos desafíos, los campesinos de La Concordia continúan luchando por mantener sus tierras productivas.
Rafael también hizo referencia a problemas más amplios de corrupción y mal manejo de recursos, comparando la situación con la distribución de despensas que, en lugar de ser entregadas a quienes las necesitan, a menudo terminan siendo vendidas en el mercado. “Así está el fertilizante, van y lo venden a otra parte y ahí se la llevan”, dijo, destacando la necesidad de un cambio en la gestión y distribución de recursos para los agricultores.

