Search for:
  • Home/
  • Estado/
  • Carcacha, Paso a Pasito: Gobierno Ignora El Pésimo Estado Del Sistema de Transporte Público BOWI y Vivebus en la Capital

Carcacha, Paso a Pasito: Gobierno Ignora El Pésimo Estado Del Sistema de Transporte Público BOWI y Vivebus en la Capital

Nota y Fotos por: Redacción

El transporte público en la capital del estado continúa en declive, a pesar de que el gobierno estatal insiste en que las mejoras están enfocadas en Ciudad Juárez.

Mientras en la frontera se presume la llegada de nuevas unidades, en Chihuahua los usuarios del ViveBús y Bowí enfrentan un sistema que prácticamente se desmorona.

Lejos de las promesas gubernamentales, las unidades en la capital presentan un nivel de deterioro preocupante.

Los autobuses que antes ofrecían aire acondicionado, internet y un viaje cómodo ahora son un riesgo: ventanas sueltas, asientos rotos, pasamanos inestables y poca ventilación son parte del día a día para los usuarios.

El aire acondicionado brilla por su ausencia en varias unidades y el mantenimiento es mínimo, ya que las unidades chinas adquiridas no cuentan con refacciones disponibles. Además del mal estado de las unidades, las quejas contra los conductores también se han incrementado.

Se ha vuelto común ver a choferes hablando por teléfono mientras conducen, lo que pone en riesgo la seguridad de los pasajeros. A esto se suma que algunos parecen jugar carreras contra el reloj, maltratando a los pasajeros con frenadas bruscas y una conducción violenta que solo agrava la incomodidad de un servicio ya de por sí deficiente.

Incluso algunos por ir hablando dejan las puerta abiertas, un verdadero peligro para los pasajeros.

A este desorden se suma la inoperancia de las estaciones, donde las máquinas para cargar saldo en las tarjetas fallan constantemente, no aceptan billetes y, en muchas ocasiones, el saldo no se refleja, obligando a los usuarios a perder tiempo y dinero.

Mientras tanto, el gobierno del estado sigue centrando su discurso en las mejoras del sistema en Cd. Juárez, como si la capital no enfrentara serios problemas.

Miles de personas dependen de este servicio diariamente, y es el gobierno quien debe asumir la responsabilidad por un transporte que deja mucho que desear.

Máquinas fallentas que no reciben billetes ni dan cambio y la mayoría de las veces se traban