Nota por: Redacción Fotos por: Silver Juárez Arce

En una reciente entrevista, la diputada Carla Rivas Martínez intentó defender la gestión del gobierno actual en materia de transporte público, pero sus declaraciones contrastan fuertemente con la realidad que enfrentan diariamente los chihuahuenses, quienes, a diferencia de la diputada, quien disponen de una unidad oficial y cuentan con un salario alto en comparación con los usuarios que utilizan el transporte en el estado de Chihuahua.

Rivas afirmó que «no se había dado una inversión tan grande en tema de unidades y vigilancia como se está dando ahora». Sin embargo, esta declaración parece ignorar por completo el estado deplorable del transporte público en la capital y otras áreas del estado.

Los usuarios del sistema Bowí, por ejemplo, se enfrentan a unidades en pésimas condiciones. Lejos están los días en que las estaciones contaban con internet; ahora, tener aire acondicionado funcionando en pleno verano se considera un lujo. Los frenos de las unidades, por falta de refacciones, obligan a los conductores a realizar frenados bruscos y peligrosos, poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros, los lectores de tarjetas en las estaciones para verificar saldo han sido removidos y las maquinas para cargar el saldo a la tarjeta siempre están fallando lo que obliga a los usuarios a caminar a otras estaciones cercanas con la esperanza de que si funcionen.

En cuanto a las rutas alimentadoras, el problema es aún más grave. A pesar de promesas hechas el año pasado para resolver la situación, los precios siguen siendo elevados y el servicio deficiente. Las unidades son antiguas, muchas carecen de aire acondicionado e incluso de asientos adecuados, dejando a los pasajeros prácticamente sentados sobre la lámina del vehículo.

La afirmación de Rivas de que se están realizando «cambios significativos» parece ser una exageración frente a la realidad cotidiana de los usuarios. El aumento en el precio del pasaje desde el año pasado no se ha traducido en mejoras tangibles: las unidades siguen siendo las mismas, algunas simplemente repintadas, pero manteniendo las mismas fallas y sin cumplir con los estándares tecnológicos y de antigüedad que establece la ley de transporte.

La diputada mencionó la remoción de tres subsecretarios por su desempeño inadecuado, pero esto solo subraya la ineficacia continuada en la gestión del transporte público. Los cambios en personal no se han traducido en mejoras reales para los ciudadanos.

Mientras Rivas sugiere que «habrá quienes nunca van a estar conformes», la realidad es que las quejas de los usuarios están bien fundamentadas en experiencias diarias de un servicio deficiente, costoso e inseguro y que no solo es lo que el diputado Cuauhtémoc Estrada dice.

Esta situación pone en duda la veracidad de las afirmaciones sobre grandes inversiones y mejoras en el sistema de transporte en la capital. Los chihuahuenses merecen un transporte público eficiente, seguro y acorde con el costo que pagan, algo que, a pesar de las declaraciones optimistas de la diputada Rivas, parece estar lejos de la realidad actual, algunos usuarios sugieren que deberían de intentar llegar a su destino usando el transporte ya que de otra manera jamás entenderán las fallas y las peripecias que la ciudadanía y los usuarios del transporte tienen que vivir diariamente.