Chihuahua, campo de concentración para miles de migrantes centroamericanos
Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
La ciudad de Chihuahua se ha convertido en un auténtico campo de concentración para miles de migrantes centroamericanos que buscan desesperadamente llegar a la frontera norte de México, enfrentando condiciones infrahumanas, deportaciones masivas y una total indiferencia de las autoridades.
Ayer, alrededor de mil centroamericanos más arribaron a la capital, siendo recibidos por un implacable dispositivo de elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) en los patios del ferrocarril. Aterrorizados ante la perspectiva de una deportación masiva, como ha ocurrido en reiteradas ocasiones, los migrantes se vieron forzados a huir con rumbo a ciudad Juárez.


Los 1,500 migrantes que llegaron a Chihuahua y que bajaron en el campamento instalado en la calle Juan Pablo II y calle 57, llevaban cinco días varados en condiciones infrahumanas en plena zona desértica.
Las autoridades han confinado a estos miles de indocumentados, incluidos numerosos niños y mujeres embarazadas, en el hacinado e insalubre campamento, convirtiendo a la capital chihuahuense en un verdadero campo de concentración a cielo abierto.
La Guardia Nacional ha tomado el control de los patios del ferrocarril, impidiendo a toda costa que más migrantes puedan avanzar en su travesía hacia la frontera con Estados Unidos, su única esperanza de escapar de la violencia, la pobreza extrema y la desesperación que los obligó a huir de sus países.


Esta crisis humanitaria sin precedentes, gestada por las políticas migratorias draconianas del presidente Andrés Manuel López Obrador, se agrava día a día, mientras las autoridades locales y federales hacen oídos sordos a los reclamos de los organismos de derechos humanos.
Las imágenes captadas por nuestro lente de Ocho Ochenta Noticias retratan el sufrimiento de miles de seres humanos hacinados, famélicos y debilitados, que solo aspiran a una vida digna y que en Chihuahua encuentran un nuevo calvario, quizás más atroz que el que los obligó a abandonar sus hogares.


