Nota: RedacciónFotos por: Silver Juárez Arce

Hoy, en la Liber, en el centro de la ciudad capital, se evidenció una vez más la creciente presencia de migrantes en Chihuahua, buscando desesperadamente alcanzar el «sueño americano». Entre la multitud, un venezolano se encontraba solicitando ayuda para su travesía hacia los Estados Unidos, destacando así la difícil realidad que enfrentan miles de personas que llegan a esta región en busca de un futuro mejor.

El panorama se torna cada vez más preocupante, con un flujo constante de migrantes que arriban a la ciudad en su periplo hacia la frontera norte. Sin embargo, lo que debería ser un trayecto de esperanza se ve obstaculizado por una serie de desafíos y adversidades, exacerbados por la falta de una respuesta humanitaria adecuada.

Es evidente que el gobierno federal ha dejado desamparadas a estas personas, permitiendo su ingreso al territorio mexicano sin brindarles el apoyo necesario para garantizar su seguridad y bienestar. Los campamentos improvisados en la zona de la Juan Pablo II son un fiel reflejo de la crisis que se avecina, mientras el gobierno estatal y municipal parecen ignorar la urgencia de la situación.

Es alarmante constatar que ni siquiera se ha realizado un censo oficial para tener un registro de la cantidad de migrantes que atraviesan la región, lo cual plantea serias dudas sobre la voluntad política para abordar este fenómeno de manera adecuada y responsable. La falta de coordinación del gobierno de chihuahua para pedir ayuda humanitaria por parte de organismos internacionales como la ONU, dejando a estas personas en una situación de vulnerabilidad extrema.

Cada día, los cruceros en el centro de la ciudad y otros puntos estratégicos se ven abarrotados por la presencia de migrantes, muchos de los cuales enfrentan incidentes y peligros en su travesía. No todos buscan oportunidades legítimas; algunos llevan consigo problemas legales desde sus países de origen, pero la falta de documentación adecuada dificulta la identificación precisa de quienes realmente necesitan protección y asistencia.

Es imperativo que las autoridades competentes tomen medidas urgentes para abordar esta crisis humanitaria de manera efectiva. Se requiere un enfoque que garantice la seguridad y dignidad de los migrantes, así como una cooperación internacional para enfrentar las causas subyacentes de la migración forzada. Mientras tanto, la realidad persiste, y continuaremos viendo a más personas como el venezolano que hoy pedía ayuda en el centro de la ciudad, atrapadas en una encrucijada de incertidumbre y necesidad.

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