*A pie, en auto, con vestimenta similar a la del ícono, de rodillas y con bailes los fieles profesan su amor al Santo de las causas difíciles
Información y fotografías por: Silver Juárez Arce. Texto: Adriana Gutiérrez
Cientos de creyentes caminaron hoy más de 15 kilómetros para llegar hasta la capilla a San Judas Tadeo para celebrar el día de este santo, tan venerado por la religión católica.
Mujeres, hombres, incluso bebés vistieron el traje del Santo de las causas difíciles, como tributo a quien les ha conferido favores.
El amor y devoción de la gente se desbordó en la distancia medida en una carretera con una mañana fría y día soleado.
Llegar a pie hasta la capilla ubicada al sur de la capital a bastantes kilómetros, no fue tanto sacrificio por quienes han sido bendecidos por los favores de San Juditas, como se le conoce o menciona con cariño.
Las ofrendas que le entregaron al pie de su pedestal fueron desde flores, veladoras, oraciones, alimentos, llanto incluso risas y bailes de los Matachines, quienes portaban en sus vestimentas verde y amarillo, la imagen del ícono.
Desde la salida de Chihuahua por la carretera a Delicias, se vieron cientos de ciudadanos caminando hacia la capilla de San Judas. Muchos de estos adeptos caminaron hasta 15 km para llegar hasta dicho lugar sin importar el viento frío, y los rayos solares que calentaron la atmósfera.
Una larga fila de caminantes se formó en la carretera en cumplimiento a un fervor expresado al intercesor de los hombres con Dios.
Todos estos fieles se dirigieron a la capilla con el único propósito de pagar las mandas por los favores recibidos, otros, llegaron para solicitar milagros.
Se pudo apreciar a muchas personas pagar sus mandas vestidos como el Santo y otros, dar comida a los asistentes.
Cada quien supo qué promesa comprometió a San Juditas para lograr los milagros, en la salud, en la familia, en el amor o simplemente en las finanzas.
Alrededor de todo el fervor religioso y espiritual, también se vivió, la romería y a decenas de vendedores de alimentos que para saciar el hambre de los cansados feligreses otorgaron alimentos, refrescos y golosinas.
San Juditas apareció entre los creyentes, entre sus manos y brazos que llevaron hasta el sacerdote, la imagen para ser bendecida con el agua sagrada lanzada durante la homilía.
