Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

A pesar de las prohibiciones vigentes, el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores sigue siendo una práctica común en las calles y espacios públicos de Chihuahua. Aunque las autoridades sanitarias han emitido reiteradas advertencias sobre los graves riesgos que estos dispositivos representan para la salud, muchos ciudadanos continúan utilizándolos, desafiando las regulaciones.

Una de las consecuencias alarmantes del vapeo es el aumento en los casos de disfunción eréctil entre los usuarios masculinos. Según estudios recientes, los hombres que vapean tienen aproximadamente el doble de probabilidades de reportar este problema en comparación con los no vapedores. La disfunción eréctil es a menudo un indicador temprano de problemas cardiovasculares más graves.

Los expertos teorizan que los químicos presentes en los vapores pueden dañar las células que recubren los vasos sanguíneos, dificultando el flujo sanguíneo necesario para lograr una erección. Estos hallazgos sugieren que el vapeo puede dañar la salud cardiovascular y reproductiva de formas que rara vez se discuten.

Pero la disfunción eréctil no es el único riesgo. Estos dispositivos contienen compuestos carcinógenos, sustancias tóxicas y emiten aerosoles que son perjudiciales para la salud. Los niveles significativos de metales tóxicos como cadmio, níquel y plomo representan serios riesgos, especialmente para el desarrollo del cerebro en niños, adolescentes y fetos en gestación.

A pesar de las prohibiciones, estos productos se comercializan abiertamente en lugares como la popular Frikky Plaza en el centro de la ciudad y en locales cercanos a la Presidencia Municipal. La ausencia de un marco regulatorio adecuado ha fomentado un mercado negro donde se desconoce completamente la composición y procesos de fabricación.

Al estar prohibidas las alternativas como vapeadores y cigarrillos electrónicos, será imposible controlar su venta ilegal en internet, redes sociales, calles, bares e incluso escuelas. Sin este control, cualquier persona, incluso menores de edad, podrá acceder fácilmente a ellos, agravando el problema de salud pública.

Las autoridades recomiendan enfáticamente a la población abstenerse de adquirir o consumir estos productos debido a los riesgos significativos que representan. Mientras tanto, continúan los esfuerzos para hacer cumplir la prohibición y concientizar sobre los peligros reales que acechan detrás de cada bocanada de vapor.

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