Nota: Redacción – Fotos por: Silver Juárez Arce

El país enfrenta una nueva ola de apagones, sumiendo a ciudades y localidades de 22 estados mexicanos en la oscuridad, mientras el Sistema Eléctrico Nacional continúa en estado de alerta. Esta situación, que se ha convertido en una dolorosa constante para miles de mexicanos, evidencia una grave falla en la infraestructura energética del país.

La jornada de ayer, miércoles 8 de mayo, fue testigo de una segunda alerta emitida por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), apenas un día después del anterior estado de emergencia. Detalló mediante un comunicado que la decisión “responde a una evaluación exhaustiva de las condiciones actuales del sistema, donde se han identificado riesgos significativos que requieren intervención urgente para garantizar la estabilidad y seguridad energética del país”. ¿Cómo es posible que se hayan identificado riesgos significativos, pero no se hayan tomado medidas preventivas adecuadas para evitar la repetición de esta crisis?

El martes pasado, alrededor de las 16:30 horas, el Cenace emitió la primera declaración de Estado Operativo de Alerta y después, a las 17:04 horas, notificó un Estado Operativo de Emergencia. Sin embargo, estas alertas parecen haber sido insuficientes para prevenir los apagones masivos que afectaron a millones de personas en todo el país.

La lista de estados afectados es alarmante: Puebla, Hidalgo, Tamaulipas, Guanajuato, Chiapas, Morelos, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Chihuahua, Colima, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz, Ciudad de México, Oaxaca y Querétaro. En estas entidades, la población nuevamente se encontró a merced de la falta de luz, expresando su frustración a través de las redes sociales.

El comunicado emitido por el Cenace intenta justificar esta situación alarmante, alegando la existencia de riesgos significativos que requieren «intervención urgente». Sin embargo, ¿cuántas veces más tendrá que repetirse esta situación para que se tomen medidas concretas y efectivas?

Los números revelan la precariedad del sistema: mientras la demanda de energía superaba la capacidad de generación, los cortes en el suministro se multiplicaban. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI, un país como México no pueda garantizar un servicio eléctrico estable para sus ciudadanos?

Michoacán, nuevamente, destacó en cuanto a apagones, con al menos 13 municipios afectados. Esta recurrente problemática no solo afecta la calidad de vida de millones de mexicanos, sino que también impacta negativamente en la actividad económica y en la seguridad de las comunidades.

Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y tomen medidas concretas para resolver esta crisis energética que parece no tener fin. Los ciudadanos no merecen vivir a oscuras ni ser víctimas de la negligencia gubernamental. Es urgente un cambio radical en la gestión y planificación del sistema eléctrico nacional.

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